¡Esta es la juventud del Papa!

Era esa la aclamación de los miles de jóvenes congregados en Panamá. Más de 150 países representados en aquellas gargantas que prorrumpían en un especial gozo, ese que caracteriza a los jóvenes. Sí, la juventud de hoy: llena de vehemencia, de impulsos, de emociones contagiaba todo a su paso y pronto todo alrededor tenía impregnado el carisma de estos muchachos y muchachas, que armados con las banderas de sus países, rosarios, cruces en el pecho alentaban a la Iglesia universal a ser de nuevo una fuerza trasformadora.

Los que estuvimos ahí sentimos también esa fuerza. Sonrisas, bailes y ese insaciable espíritu de búsqueda que el Papa Francisco supo aprovechar en cada una de sus palabras, alentando a aquella juventud reunida, como quien atiza un fuego, a convertirse en el presente esperanzador de nuestra Iglesia y nuestro mundo. ¡El cambio es urgente, el testimonio del cristiano ha de ser el motor de ese cambio!

Sin duda, fiestas eclesiales como estas son un impulso universal. La juventud católica y todo bautizado ha de sentir el llamado a generar vida alrededor, haciéndolo desde la entrega a la voluntad de Dios, a ejemplo de María y como rezaba el lema de la JMJ Panamá: “He aquí la Sierva del Señor, hágase en mí según tu Palabra”.

El Señor les dé su paz.

Fr. Pablo A. Carvajal Espinoza OFM Conv.

Ciudad de Guatemala, 11 de febrero de 2019